El graznar de los gansos, el bramar de los ciervos, el suntuoso brocado dorado y rojo del bosque… Atributos certeros de la estación de la nostalgia en el Japón antiguo.
¿Y por qué no pasar estas solemnes jornadas al calor de la lumbre, en compañía de amigos? Aunque es lumbre sea, no el fuego del hogar en el que arden las brasas, sino esa misma amistad que ahora nos conforta, después de tanto tiempo, en este otoño en ciernes de nuestras vidas.
Viendo la luna
Mil asuntos me llenan
De pesadumbre.
Pero ¿seré yo el único
A quien llega el otoño?
Oe no Chisato (traducción de Carlos Rubio).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
SI VAS A DEJAR UN COMENTARIO SIN FIRMA, NO TE MOLESTES: AQUÍ NO PUBLICAMOS ANÓNIMOS. GRACIAS.