miércoles, 3 de febrero de 2010

Una de dos

Los Reyes Magos me han brindado la ocasión de darle una segunda oportunidad a mi opinión sobre Mishima. Comienzo con Nieve de primavera, que me seduce por completo. Se derriten mis aprensiones con el primer beso de los jóvenes amantes dentro de un rickshaw que cruza velozmente el paisaje helado. Pero sé que la seducción es siempre arma de doble filo y me pongo a la defensiva a la espera que algo terrible acontezca a vuelta de página. Tensión lectural.



***


Aunque no viene al caso, o tal vez sí, dormito ante el televisor mientras pasan Feliz Navidad Mr. Lawrence atraída por la oportunidad de ver de nuevo al joven David Bowie encarnando a uno de esos patéticos mitos de pretendida modernidad. Sin embargo…