Haiku

Fría es la lluvia
sin tu risa y la mía
bajo los pinos.

A modo de Sei Shônagon

Cosas que me gustan: el negro de los pinos cuando el sol se está ocultando, pensar en la nieve que está a punto de caer en mi pueblo, imaginar los pinceles de un amigo preparados para pintar esa nieve cuando por fin caiga.

Demasiado humano

Uno se pregunta si Osamu Dazai era totalmente consciente del escalofriante retrato que dibuja del hombre moderno (japonés o no, aunque sí, sobre todo japonés) en su novela Ya no humano. El protagonista se jacta con ironía de su incapacidad para compartir las características de eso que hemos llamado la humanidad del hombre. Sin embargo, en su debilidad, en su manifiesta incapacidad para no ser otra cosa que un verdadero ángel/demonio se esconde la esencia del ser humano en toda su pureza. Deja así al descubierto las incapacidades del resto de los seres humanos, de esos que se tratan con cortesía, se relacionan, conviven, aman y, sobre todo, fingen no fingir constantemente. Un hombre solo. La única manera de ser hombre.

Imágenes del Japón

Imágenes del Japón

Lafcadio Hearn enamorado de una japonesa. Pierre Loti enamorado de su ingenio. Ambos nos hablan de Japón. ¿Qué imagen verdadera nos queda? ¿La del amor que todo lo entiende, la de la distancia que todo lo acerca?

La princesa de la Luna

La princesa de la Luna

La princesa de la Luna Kaguyahime, protagonista del hermoso Cuento del cortador de bambú, renace como niña diminuta en el interior de esta planta para convertirse en la femme fatal del Japón antiguo. Impone deseos imposibles de cumplir a sus pretendientes porque no desea casarse y regresa a la Luna, de donde vino, engañada por los suyos, contra su voluntad de permanecer en la Tierra. Qué diferente esta princesa de cuento tradicional a las nuestras, siempre a la espera del redentor príncipe azul.