
Murasaki. Esa niña que juega a las muñecas sin presentir que es una muñeca encerrada a la espera de que comience el juego cruel en el que está a punto de convertirse su vida: el de gran dama de la corte Heian.
Honda tras la máscara de Honda en el otoño de su vida. Ese juego cruel de los espejos multiplicando su figura.
Sí, la vida florece bajo las hojas muertas. Otros lo llaman podredumbre. Pero es fermento, es decir, promesa.
ResponderEliminarTrenzado de exquisiteces otoñales ante el que me mantengo calladita, pa no estroparlo.
ResponderEliminarElefancia