jueves, 30 de diciembre de 2010

Conciencia

Escribir siendo un muchacho las impresiones vividas junto al abuelo moribundo y rescatarlas, mucho tiempo después, para demostrar su afán casi inconsciente por explicar el mundo desde las páginas de un libro.

Otros afanes vanos de recordar lo vivido sin plasmarlo en ningún sitio se perdieron por el camino. Porque el camino sólo existe si es compartido, si no es únicamente verdad. La verdad de uno, que a nadie importa.

Y estas anotaciones qué son. ¿Un poco de verdad? ¿Un poco de vida? En todo caso, la literatura de otros que hablan por mí. Y yo los dejo.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Bosque

Escucho que la palabra favorita de la recién galardonada Premio Cervantes Ana María Matute es bosque, el lugar donde todo puede ocurrir. Y caigo en la cuenta de que si me tengo que quedar con una sola palabra yo también me quedo con ésta, que recoge tantas realidades unidas por el nexo inescrutable del misterio abrumador de la naturaleza que nos hace pequeños y a la vez grandes por dentro.


Siempre llueve en Rashomon: la puerta por la que se accede al bosque en el que confluyen cuatro historias que son juntas la verdad de una sola. Pero, ¿por qué siempre llueve? ¿Es el agua furiosa el alimento de la vida que crece entre las hojas muerta de la mentira?


Vivir sin más deseo que pasear entre los negros pinos, las frondosas encinas, los inquietantes eucaliptos, los sorprendentes pinsapos, los planteados olmos…porque, aunque no estén juntos, juntos son la verdad del bosque de mis recuerdos.

martes, 16 de noviembre de 2010

Amanecer

Este implacable amanecer: sobre el mar quieto, el cielo quieto de los primeros fríos.

Y esa extraña sensación de que nos falta algo o más bien de que faltamos nosotros, que casi no estamos dentro de lo que de verdad importa, acuciados por la prisa de ir hacia adelante. Sin detenernos, dejamos que el amanecer se escape, una mañana más, por el espejo retrovisor.

Ropa blanca sobre la nieve, que al sol se vuelve roja. Tras la puerta cerrada de un albergue de montaña el amor se vuelve cruel con cada beso de despedida.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Otoño

El graznar de los gansos, el bramar de los ciervos, el suntuoso brocado dorado y rojo del bosque… Atributos certeros de la estación de la nostalgia en el Japón antiguo.



¿Y por qué no pasar estas solemnes jornadas al calor de la lumbre, en compañía de amigos? Aunque es lumbre sea, no el fuego del hogar en el que arden las brasas, sino esa misma amistad que ahora nos conforta, después de tanto tiempo, en este otoño en ciernes de nuestras vidas.



Viendo la luna

Mil asuntos me llenan

De pesadumbre.

Pero ¿seré yo el único

A quien llega el otoño?

Oe no Chisato (traducción de Carlos Rubio).



martes, 2 de noviembre de 2010

Fantasmas

Releo Ugetsu Monogatari en la noche de difuntos mientras aporrean la puerta pequeños fantasmitas, descarados demonios o rollizos esqueletos…Me lamento. Pero caigo en la cuenta de que mucha gente de mi generación no ha visitado jamás la tumba de sus abuelos. Me avergüenzo.



La casa cerrada aún guarda su recuerdo y entre las cañas que la invaden todavía se escucha su voz invitando a pasar al marido descuidado que la dejó sola largo tiempo. Hasta aquí, un relato cortés de la era Heian. Pero a Ueda Akinari no le basta con eso.



No, no hace falta

la luna de las lluvias.

Estás conmigo.

martes, 19 de octubre de 2010

Cuentas

Y si el final es sólo eso: despertar de un sueño en un jardín apartado y recordar de pronto que nada de lo recordado ha ocurrido, que tal vez no hemos conocido a ninguna de las personas que una vez quisimos…Y constatar, al fin, que las cuentas ensartadas en el hilo que se rompe al final de nuestros días volverán a juntarse y serán las mismas, pero en otro orden, para seguir viviendo en otra vida que aliente las misma vanas ilusiones.

jueves, 14 de octubre de 2010

Hojas muertas

Tras esta primavera a destiempo, quizás la lluvia de los últimos días traiga por fin el otoño para que bajo las hojas muertas resplandezca la vida, a la espera de la próxima primavera.



Murasaki. Esa niña que juega a las muñecas sin presentir que es una muñeca encerrada a la espera de que comience el juego cruel en el que está a punto de convertirse su vida: el de gran dama de la corte Heian.



Honda tras la máscara de Honda en el otoño de su vida. Ese juego cruel de los espejos multiplicando su figura.

martes, 21 de septiembre de 2010

Autoexilio

Por dinero, por rencor, por el honor público, por la riqueza, por el oro y, sobre todo, con engaños se mueven los personajes fantásticos de estas Mil y una noches que ahora leo en una preciosa edición de los años 40 a la que me unen sentimientos recién nacidos.



Me pregunto, autoexiliada de mi jardín zen, por qué no podrá elegir cada uno su propia tradición.


Imagino a Koizumi Yakumo nombrándose asimismo en alto para conjurar un pasado que quedaba definitivamente atrás con la elección de este nombre. Es tan difícil.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Palabras

En mitad de la calle repleta de gente, un amigo me cuenta que ha pasado el verano en una casa al pie de un acantilado de lava, con el ancho mar al frente. El rumor de las voces son las olas que baten la piedra negra. Y siento el frescor del aire y por un momento estoy allí. Un soplo de vida que atrapo.



Ieyasu escucha atentamente a Will Adams. Sin salir de Japón ha descubierto América, ha viajado a bordo de un navío de la Armada Invencible, ha conocido rutas marítimas que no habría imaginado en sueños....Es todo lo que necesita y por eso no lo deja escapar.



“Honra a los dioses y venera a Buda”: muchos soportaron ese peso con una delicada sonrisa.

viernes, 3 de septiembre de 2010

De vuelta

Paso el verano entre el descreído Yo el Gato de Soseki y las impagables lecciones de Japón de Lafcadio Hearn. Por esta parte, todo perfecto.




Una de las principales distracciones de la gata K, cuando no duerme, es mirar fijamente y con el máximo interés todo lo que hago. ¿Estará pensando en escribir un libro? Espero quedar mejor en su retrato que el pusilánime Sr. Kushami.



Mientras ellos llevan toda la vida viviendo entre los muertos para acabar viendo fantasmas salir del televisor, nosotros nos empeñamos en fingir que ya no están más que dentro del televisor.

viernes, 30 de julio de 2010

El otro lado de la luna pálida

Me pregunta JM mientras vemos Los pornógrafos, de Imamura Shohei, si no me sorprende el lado sórdido de esta historia tan alejada, en apariencia, del cliché clásico de lo japonés como paradigma de la delicadeza extrema. Le digo que no, y le recuerdo esas máquinas expendedoras de braguitas usadas que dicen los viajados que hay en algunos centros comerciales de Tokio.




Honda con 50 años, escondido tras los árboles, espía a las parejas que hacen el amor en un parque de Tokio. En su villa en el campo, una pila de libros en la estantería de su despacho oculta un agujero por el que observa lo que sus invitados hacen en la habitación de al lado.



Kiyoaki, Isao, Ying Chan…eslabones de una cadena ceñida a su cintura. Los crisantemos alcanzan su plena belleza cuando empiezan a marchitarse.

martes, 22 de junio de 2010

Noche de los deseos

Imagino a los amantes celestes en ansiosa espera, a menos de un mes para que el río del cielo permita su encuentro anual. Noche de Tanabata en la que se cumplen los deseos que los mortales escriben en cintas de colores colgadas al aire en tallos de bambú.

Este año, estoy dispuesta a construir yo un puente que acelere su abrazo por tal de que se cumplan pronto los deseos de una querida amiga que vive cerca de las estrellas.



En cinco tiras

Escribo mis deseos

Que son los tuyos

jueves, 10 de junio de 2010

Un último intento

En el Japón antiguo, cuando una mujer de 40 años comprendía que ya “no podía importar al mundo” se cortaba la melena y se hacía monja.

Si alguno de sus amantes lo descubría y aún sentía nostalgia de ella, iba al santuario donde estaba recluida con la esperanza de hacerle llegar un último mensaje, para que reconsiderara su actitud, y le entregaba a la abadesa un poema dirigido a ella que podría ser éste de Sarumaru Daya recogido en el Kokinwakashu.

Honda montaña,
entre hojas carmesíes.
Cuando se oye
la voz del ciervo bramar,
el otoño es más triste.

lunes, 31 de mayo de 2010

Tortugas y pintores

Veo en la televisión un reportaje sobre unas pobres tortugas que recién nacidas equivocan su destino confundidas por la luces de los aparatosos apartamentos que custodian la arena a pie de playa. Me acuerdo del joven Urashima, que por devolver al mar la sagrada tortuga que había picado su anzuelo es recompensado con vivir eternamente como esposo de la bellísima hija del Rey Dragón. Para conocer el sorprendente final de esta historia, si aún no lo has leído, te recomiendo las dos versiones recogidas en el libro de Lafcadio Hearn El niño que pintaba gatos.


Si uno pudiera pintar, como ese niño, algo que cobrase vida… no me atrevo a pensar qué pintaría, sobre todo, teniendo en cuenta lo mal que pinto.


Mientras pintan al aire libre, mis amigos están al filo de ese mundo invisible en el que conviven los fantasmas japoneses.

viernes, 30 de abril de 2010

Dudas primaverales


Empachada de Mishima, me adentro en El Libro de los Cinco Anillos de Miyamoto Musashi, pero la astenia primaveral me impide levantar con él la espada….Creo que consultaré con Don Eugenio de Aviraneta, que es lo que hago siempre que no sé cómo seguir el camino.

miércoles, 28 de abril de 2010

Descortesía

Si este hombre joven que se ha ido para siempre fuese japonés, lo único que se le podría reprochar, tras una vida llena de sincera entrega a su pueblo y sus amigos, es la descortesía para con su madre, a la que ha dejado sin tiempo a pedir permiso.




A los que creemos en la religión de la naturaleza nos queda el consuelo de ver a los que han desaparecido en el temblor sublime de los álamos.



En otra primavera como ésta… Y no he dejado de verla ni un solo día por todas partes.

miércoles, 7 de abril de 2010

El fin del fin


Las retamas que con su floración temprana anunciaban el principio del fin de un duro y largo invierno han desaparecido. Cuando contemplaba sus largas melenas blancas flotando al viento no sospechaba que sería la última vez. Como lo efímero nunca desaparece, sé que volveré a encontrarme con ellas. ¿Pero dónde?


                                      
Este año la primavera está escondida tras los brumosos sauces que custodian el estanque de Sant James Park. Lo inesperado, lo efímero, la vida.

                                                                            

Honda encuentra lo inesperado bajo una cascada en la que se baña un joven que es otro y el mismo joven al que quiso hace mucho. Es decir, al que quiso siempre. La primavera estaba en su interior brumoso de sauce dormido.

martes, 9 de marzo de 2010

Fuji-no-yama

Subo al Fuji de la mano de Lafcadio Hearn mientras viajo en tren después de un largo fin de semana de excesos. Leo la cita que acompaña a este magnífico relato. Un viejo dicho japonés que reza: “Visto de cerca, el monte Fuji no responde del todo a las expectativas”. Y me adentro en las arenas negras de su falda, en las nieves perpetuas de su cumbre, siguiendo el rastro de las alpargatas que por el camino han perdido los peregrinos.

Yo nuca subiré al Fuji, ni siquiera estoy segura de subir algún día al Cao, un monte de mi pueblo cuya cima se alcanza en un par de horas. Tengo demasiado miedo a las alturas. O mejor dicho, me aterra bajar una vez arriba. Tal vez por eso me consuela el pavor que Hearn confiesa sentir durante su aventura.

Empujado por dos mocetones que lo llevan en volandas y lo mantienen en pie, su miedo no le impide, sin embargo, disfrutar de la fantasmagórica vista del amanecer sobre las nubes, a la puerta de un precario refugio excavado en la roca.

Y es que finalmente, el Fuji, de cerca, sólo responde a las expectativas del que es capaz de no esperar nada.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Una de dos

Los Reyes Magos me han brindado la ocasión de darle una segunda oportunidad a mi opinión sobre Mishima. Comienzo con Nieve de primavera, que me seduce por completo. Se derriten mis aprensiones con el primer beso de los jóvenes amantes dentro de un rickshaw que cruza velozmente el paisaje helado. Pero sé que la seducción es siempre arma de doble filo y me pongo a la defensiva a la espera que algo terrible acontezca a vuelta de página. Tensión lectural.



***


Aunque no viene al caso, o tal vez sí, dormito ante el televisor mientras pasan Feliz Navidad Mr. Lawrence atraída por la oportunidad de ver de nuevo al joven David Bowie encarnando a uno de esos patéticos mitos de pretendida modernidad. Sin embargo…

jueves, 21 de enero de 2010

El principio del fin



El principio del fin del invierno en la zona en la que vivo lo marca el florecimiento de la retama marina. Sus olorosas y diminutas flores aparecen un día, como por arte de magia, para disuadirnos de la desesperanza en los rigores del invierno.

El retamar que atravieso dos veces al día está dividido por una transitada carretera, pero eso no impide que todos los años nos regale el maravilloso espectáculo de ver sus flores esparciéndose con el viento. Luego, muy cerca, hay otro salvaje y maravilloso. La experiencia de atravesarlo cuando está florecido es algo que no se olvida.

Añado un haiku

Tarde de invierno.

Florece la retama

como el deseo.



martes, 12 de enero de 2010

Nadar sin guardar la ropa


Siempre que nado pienso en Mishima. En concreto en su novela El pabellón de oro.
Con la cabeza sumergida en el agua comprendo claramente las razones del novicio Mizoguchi para destruir la intolerable belleza que lo paralizaba. De espaldas, con la vista puesta en el techo de madera de la piscina cubierta, no puedo evitar aborrecer que éste fuera su único motivo para la acción.

martes, 5 de enero de 2010

Hahakigi (II Capítulo del Genji Monogatari)


Una reunión de amigos con el entonces capitán Genji, de 17 años, como atento aprendiz de las verdades del mundo. Una reunión de hombres en la que se habla de mujeres o, mejor dicho, de ideales de mujeres, por más que en ocasiones se admitan detalles escabrosos para describirlas: la mejor esposa, la mejor amante, la más interesante…Él escucha aparentemente distraído, dormitando, como si todo lo que se dice estuviera muy por encima de sus pretensiones. Los otros teorizan, ponen ejemplos, se emborrachan de sake y palabras. Él pasa a la acción. No se jacta, no lo proclama, no pide consejos. Se deja guiar por su ímpetu, su juventud, por su deseo. Confía en su belleza y en su inteligencia. Y si la esquiva mujer a la que persigue se muestra desconsiderada, pasa la noche al calor de su hermano, joven paje que ha tomado a su servicio para acceder más fácilmente a la dama. Porque lo más importante no es el objeto de su deseo sino la experiencia de estar vivo.

Un capítulo que es toda una novela, ampliada y multiplicada en el resto de la obra.