viernes, 30 de julio de 2010

El otro lado de la luna pálida

Me pregunta JM mientras vemos Los pornógrafos, de Imamura Shohei, si no me sorprende el lado sórdido de esta historia tan alejada, en apariencia, del cliché clásico de lo japonés como paradigma de la delicadeza extrema. Le digo que no, y le recuerdo esas máquinas expendedoras de braguitas usadas que dicen los viajados que hay en algunos centros comerciales de Tokio.




Honda con 50 años, escondido tras los árboles, espía a las parejas que hacen el amor en un parque de Tokio. En su villa en el campo, una pila de libros en la estantería de su despacho oculta un agujero por el que observa lo que sus invitados hacen en la habitación de al lado.



Kiyoaki, Isao, Ying Chan…eslabones de una cadena ceñida a su cintura. Los crisantemos alcanzan su plena belleza cuando empiezan a marchitarse.

5 comentarios:

  1. Su entrada me parece sublime. Por otra parte, creo que lo enorme de la delicadeza, como de toda historia azul celeste, es ese lado que creemos nosturno y sórdido. Vamos, que el voyeurismo japonés, en un momento dado, puede parecerme también de lo más delicado.
    Fdo. Elefancia

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  2. Respecto al tema, en nuestra revista de literatura oriental Gran Garabaña www.grangarabana.com hemos publicado unas traducciones del libro Los Pornógrafos de Akiyuki Nosaka y también una reseña de la película dentro del especial de literatura japonesa que tenemos en nuestra primera edición. Está interesante su blog y la invitamos a visitarnos.

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  3. Muchas gracias por su visita, grangarabaña, y gracias por la invitación, que acepto encantada.
    Espero volver a encontralos por aquí.
    Gracias, elefancia, por su acertado comentario.

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  4. MA Angeles. He recomendado tu blog con motivo del Blog Day 2010. Saludos.

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