El paso del tiempo queda definitivamente demolido con el roce de tu mano y nuestras risas abren la puerta tras la que brilla el rescoldo del cariño que siempre nos ha unido. Y que sincero placer tenerte a mi lado, compartir contigo confidencias, preguntarte por los tuyos…y observar, de soslayo, tu imponente belleza que los años matizaron con destellos de cordura.
Encontrar en cada uno un trocito de mí. Jugar a predecir qué va a ocurrir luego, y que ocurra, igual que siempre, siempre diferente. Y es el frío el fuego del hogar que nos congrega. Y todos vamos saliendo, recortados de la niebla de los otros, para tomar cuerpo definido con los colores estridentes de la vida que ninguno vemos ya ante el espejo.
El bosque se ha teñido
de mil colores.
También nosotros.
Muy hermoso ese haiku anómalo.
ResponderEliminarGracias, Sr. Benítez. Innovo, pero poco. Prometo.
ResponderEliminarNo es un haiku, son unas alegrias
ResponderEliminarNo es mania ni locura
esto que tengo contigo
no es mania ni locura
que los mejores doctores
no han encontrado la cura
que no venga de tu mano
y sin tu mano ninguna
Faltan algunas comas y el final es un arreglo
Lo que va quedando del Sr. Mooc
Pues, bueno, Sr. Mooc. Gracias por el comentario.
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