La que luce su frialdad blanca muy de mañana, la de las noches tibias del otoño, la que cambia el carácter de los hombres, la que se oculta tras la nube que presagia la tormenta, la que no quiero ver de madrugada…esa misma luna.
¿No es ésa la luna?
Y la primavera,
¿No es la de siempre?
¿Cómo es que yo solo
soy el mismo que era?
(Ariwara Narihira traducido por Antonio Cabeza)
La que pisó Armstrong -qué barbaridad-.
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