martes, 28 de enero de 2014

Promesa

Aliento frío. Bajo la escarcha, la ausencia se convierte en el palpitante atributo de la vida. Impasible, el tiempo se detiene un instante en la escueta pureza de la retama. El blanco que confunde los anhelos se ha transformado en promesa efímera, en inquieto manantial en el que brota la única verdad constatable. Todo fluye, ni el dolor ni la alegría consiguen detenernos. Anclados en nuestros pesares, no podemos renunciar a ser brotes de nuevo. Y al abrirnos al sol tibio de la nueva primavera, sentiremos el crujir de la escarcha en nuestros corazones, el palpitar antiguo de una nueva renuncia al largo invierno.


¿Y ese pájaro que canta bajo la lluvia, qué anuncia? Hoy no quieres escucharlo. Su promesa de vida desata tus anhelos. Ya no quieres desear. La esperanza es un árbol hueco. En su interior se seca el musgo de la desazón. Y ese pájaro, bajo la lluvia fina. Su canto, un jirón de nube.



Por qué no esgrimir de nuevo la pluma y que la tinta, manantial inquieto, fluya. Ahora que no es necesario guardar las apariencias, sentado bajo la lluvia fina de una nueva primavera que quizá sea la última para ti. Tus escritos te libran del desconcierto de seguir respirando, de la pesadumbre eterna, del dolor de tus manos deformes. Libre por fin porque nada esperas, tu corazón se adormece con nuevas historias, más tuyas que nunca porque ya nada importa.

2 comentarios:

  1. Hoy que estás entre nubes y nieblas,
    hoy que nadie te ve y nada importa,
    el canto de un pájaro o dos,
    anuncia la promesa y la alegría
    que está por llegar.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Nubes, nieblas y alegrías siempre compartidas contigo. Besos.

    ResponderEliminar

SI VAS A DEJAR UN COMENTARIO SIN FIRMA, NO TE MOLESTES: AQUÍ NO PUBLICAMOS ANÓNIMOS. GRACIAS.