jueves, 10 de octubre de 2013

Consuelo

No es más que la certidumbre impuesta por la realidad que arde ahora en tu pecho. El reverso de una hoja escarlata, amarillo ceniciento, que vuela con la primera ráfaga de este otoño indeciso. Andar el camino. Y en cada recodo, la luz cegadora de una conjetura, el brillo inquietante de la verdad que duerme. Qué lacerada herida curará el tiempo que nos viene. Qué oscura pesadumbre abrigará de nuevo las horas que nos quedan. Miras en el fondo de un estanque sin fondo. Rueda el recuerdo en el fondo del vaso. Y ya no dudas.



Para que no te olvides de la verdad huidiza, del desamparo, nacen flores sin nombre.


Sí, allá en el fondo sigue habiendo un camino, que no se llama esperanza ni deseo, que quizás lleve sólo a otro camino. El bosque de bambú esconde sombras con nombres. Vienen bajando al son de los tambores. Y de nada sirve obviar el desenlace. Sabes que la verdad impondrá con un grito estridente lo que no quieres oír. Y lo perdido -las personas que una vez quisiste sin decir te quiero-  desaparecerá para siempre. Y quedarás tú: semilla del consuelo.


2 comentarios:

  1. Para mi es un verso - -las personas que una vez quisiste sin decir te quiero -,, que es como un a flecha.....pero nunca un dolor se puso un disfraz más hermoso

    ResponderEliminar

SI VAS A DEJAR UN COMENTARIO SIN FIRMA, NO TE MOLESTES: AQUÍ NO PUBLICAMOS ANÓNIMOS. GRACIAS.